“La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.”
Proverbios 18:21
Un resultado es la manifestación visible de una causa que lo produce o lo provoca. Muchos de los éxitos y fracasos en nuestra vida son producidos por nuestra lengua o boca. La muerte es una naturaleza de ruina, de caos, y de fracasos, pero la vida es la naturaleza de la paz, del gozo, del éxito y de la prosperidad. ¿Quieres vida? Está en el poder de tu boca. ¿Quieres muerte? Está en el poder de tu lengua, porque ahí puso Dios la muerte o la vida. Hay un resultado en tu boca, por eso, la palabra tuya tiene que llenarse de vida. Jesús le dijo a sus discípulos en Juan 6:63: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” Observa que la <palabra es espíritu y el espíritu es el que da vida>. Tus palabras son espíritu y son vida, pero la carne de tus palabras para nada aprovecha.
Pablo dijo en Efesios 4:25: “desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo:, ¿Qué es espíritu y vida aquí? Es la verdad, y ¿Cuál es la carne que para nada aprovecha? Es la mentira. En el V:30 dice Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Tus palabras corrompidas son muerte, porque la muerte está en el poder de la lengua. En el V:31 hay 6 palabras corrompidas de tu boca: amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y malicia. Toda esa carne para nada aprovecha. Pero en el V:32 hay 3 palabras de vida: bondad, misericordia y perdón. Estos son los resultados de la palabra. La palabra del perdón hace milagros, porque da gracia a los oyentes. El rey David dijo en el Salmo 19:14: “que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón sea gratos delante de ti, oh Señor”. Los resultados de tu vida están en los dichos de tu boca y en tus meditaciones o pensamientos.
Si tu meditas bien, hablas bien, y tu boca produce éxitos en tu propia vida. En Marcos 11:20-24 hubo un resultado visible por lo que dijo Jesús. El texto dice: “Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: quítate y échate en el mar, y no dudaré en su corazón, sino que creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”. Observa el ¿Por qué la higuera que maldijo Jesús se secó? Porque Jesús creyó en su corazón o mente lo que dijo con su boca. La muerte está en el poder de la lengua. La boca de Jesús le produjo la muerte a aquella higuera sin fruto. El creer debe estar en tu boca, porque se originó en tu corazón o mente. ¿Quién es el que produce resultados? Es aquel que cree que será hecho lo que dice o confiesa. Jesús dijo: creed que lo recibiréis, y os vendrá”. La fe es creer que recibo, es creer que vendrá, es creer para ver resultados.
Si no cambiamos nuestra manera de hablar, nuestras circunstancias jamás cambiarán a nuestro favor. Si tú crees que será hecho lo que dices, vendrá un resultado. ¿Cuándo se secó la higuera para Jesús? Para los discípulos se secó cuando pasaron por la mañana, porque vieron que la higuera se había secado desde sus raíces, pero para Jesús la higuera se secó cuando él habló. Jesús no necesitó pasar a la mañana siguiente, porque lo que El dijo fue hecho. Su resultado fue inmediato. Los resultados se creen y se hablan antes de verlos. Consigue tu resultado, creyendo que será hecho lo que dices. Tú siempre vas a hablar lo que tienes en tu mente o corazón, porque de la abundancia del corazón, habla la boca. Pablo dice en Hebreos 8:13 “Al decir: Nuevo pacto ha dado por viejo al primero”. El nuevo pacto hay que hablarlo. Si tú no dices: Nuevo pacto, jamás vas a salir del viejo. Tú boca es la que te saca del viejo pacto de la ley, porque si crees lo dices, lo que digas te será hecho.
Dice Lucas 6:45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. ¿Cómo sacas lo bueno y lo malo de tu corazón? Lo sacas por medio de tu boca. Tú boca dice lo que tiene tu corazón. Tú corazón es el almacén. Lo que tú tengas almacenado allí, tarde o temprano saldrá por tu boca y producirá resultados negativos o positivos. Pablo dice en Romanos 10:8 : “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” Hay una palabra que es de fe, pero esa palabra debe salir por tu boca, porque con la boca se confiesa para salvación, para sanidad, para milagros, y triunfos.
No es meditando sino hablando que se consiguen resultados positivos. Pablo dice: “cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón”. La palabra debe estar en ambos órganos. Si no hay palabra en tu boca y en tu corazón, no hay resultados. Las palabras fomentan acciones y hechos. Una expresión negativa te va a colocar por debajo de esa confesión. Vas a vivir siempre bajo el dominio de esa confesión. Es lo que confieso con mis labios lo que me controla. Tú confesión te aprisiona si es negativa y te pone en libertad si es positiva. Lo que dices es lo que recibes cada día en tu vida. Dice Proverbios 6:2 : “Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y has quedado preso en los dichos de tus labios.” Enlaza tu boca en las palabras de fe, de posición y posesión en Cristo. Metete preso en los dichos de la palabra de Dios. David dijo en el Salmo 119:116 “Susténtame conforme a tu palabra, y viviré…Sostenme y seré salvo”. Que los resultados de tu boca sean conforme a la palabra de Dios.
Proximo Blog: 8/1/2011